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Entrevista: Idoia Arauzo, Coordinadora del Observatorio Pirenaico de Cambio Climático, en el marco del proyecto ADAPTUR

¿Qué labor realiza el OPCC?

El Observatorio Pirenaico del Cambio Climático (OPCC) fue lanzado en 2010 por la Comunidad de Trabajo de los Pirineos (CTP) con el objetivo de estudiar, caracterizar y seguir los impactos del cambio climático en la cordillera de los Pirineos. Este trabajo llevó en 2018 a la redacción, en el marco del proyecto OPCC2,  del informe “El cambio climático en los Pirineos: impactos, vulnerabilidades y adaptación”. Este informe, fruto del trabajo en red con más de 90 organizaciones, es ya un documento de referencia a escala europea sobre este tema en los Pirineos.

Uno de los retos del OPCC es promover estrategias y políticas de adaptación en el territorio pirenaico transfronterizo, además de alimentar y poner al día la plataforma online de información  de referencia  sobre los efectos del cambio climático en los ecosistemas y sectores socioeconómicos de los Pirineos.

El último informe de CC del Pirineo realizado por el OPCC destaca que en los últimos 50 años han desaparecido la mitad de los glaciares del Pirineo, y desvela un aumento paulatino de las temperaturas y una tasa de descenso de las precipitaciones medias del 2,5% por década. ¿Qué futuros climáticos para los Pirineos detecta el informe?

Las temperaturas medias en los Pirineos han aumentado un 30% más que en el resto del mundo en los últimos 50 años. Las zonas de montaña han sido caracterizadas en diferentes estudios internacionales como zonas particularmente sensibles y vulnerables al cambio climático. Esto se debe a que incluso pequeños cambios en las condiciones  climáticas pueden tener grandes impactos en lo ecosistemas.

Las proyecciones climáticas presentadas en el informe, gracias al trabajo en red de las principales agencias de meteorología y universidades que operan en el terreno a través del proyecto Climpy asociado al OPCC, muestran un aumento progresivo tanto de las temperaturas máximas como mínimas a lo largo del siglo XXI, más rápido cuanto más emisivo es el escenario. Para el horizonte 2050, para la temperatura máxima, las horquillas de aumento irían de 2.0º C a 4.0º C, mientras que para la temperatura mínima sería de 1.7º C a 3.3º C  para el escenario más emisivo.

En cuanto a la evolución de las precipitaciones futuras, no se obtienen cambios significativos a lo largo del siglo XXI. Los primeros resultados respecto a la evolución del espesor medio de la nieve en los Pirineos apuntan a un descenso significativo del espesor de nieve y de la longitud del periodo en que la nieve cubre el suelo.

El turismo de nieve se encuentra entre los principales sectores económicos que claramente se verán afectados. ¿Qué implicaciones detecta el informe para el turismo en las próximas tres décadas?

El sector turístico en los Pirineos es uno de los motores económicos de sus territorios. En Aragón el turismo de nieve representa el 7% del PIB y el gasto generado por los esquiadores se acerca a los 170 millones de euros por temporada. Este turismo de montaña tiene como factor clave el clima, siendo considerados los factores climáticos y el tiempo meteorológico como decisivos en la percepción del atractivo turístico de los distintos destinos.

El aumento significativo de las temperaturas medias invernales registrado en ambos lados del Macizo durante el pasado siglo y la elevada sensibilidad de la nieve a este aumento han conducido a una disminución invernal de las precipitaciones de nieve y una diminución del espesor de nieve. Así, en el Pirineo Central, según los resultados del proyecto Climpy, a la altura de 1.800 m, el período de permanencia de la nieve en el suelo se reduciría más de un mes, el espesor medio de nieve podría disminuir a la mitad en el horizonte del 2050 según la referencia actual.. Eso no permitirá desarrollar con normalidad las varias modalidades de esquí alpino.

Es altamente probable que la mayor variabilidad climática prevista para las próximas décadas, junto al incremento de las temperaturas medias, provoque cambios en la elección de los destinos turísticos actuales, con repercusiones tanto positivas como negativas.

Una de las repercusiones positivas del cambio climático para el turismo de montaña será la extensión de la estación de turismo estival y la ocurrencia de temperaturas más suaves en primavera y otoño. El descenso de las temperaturas mínimas podría comportar un aumento de la elección de destinos de montaña, en detrimento de otros destinos menos confortable debido a las altas temperaturas.

Finalmente el informe, identifica los principales desafíos para la adaptación de los sistemas socio-económicos. ¿Qué recomendaciones se realizan para el turismo y especialmente cuál es el rol de los gobiernos y las empresas?

No existe una combinación de medidas preestablecidas eficaz para todos los destinos turísticos de los Pirineos, sino que cada realidad local debería realizar un estudio detallado de su vulnerabilidad particular y establecer sus prioridades antes de formular e implementar un conjunto de medidas óptimas en términos de eficacia y eficiencia (coste/beneficios) para adaptarse al cambio climático. Pero podemos mencionar algunas recomendaciones:

Es importante promover estudios sobre las repercusiones de los impactos físicos del cambio climático en el sector turístico de los Pirineos (ej. desarrollo y seguimiento de indicadores socioeconómicos de impacto, estudios de percepción del riesgo por parte de los agentes socioeconómicos locales implicados). Luego, y en base a los estudios de diagnóstico,  habría que diseñar e implementar  planes y normas de gestión específicas para preservar o restablecer las características naturales de las zonas turísticas y asegurar su buen estado de conservación incluso bajo las condiciones climáticas futuras. En cuanto al aumento previsto de eventos meteorológicos extremos se deberán asegurar las  rutas y senderos turísticos de montaña limítrofes ubicadas en proximidad de zonas a riesgo de inundación y desprendimiento.

En materia de adaptación de los actores del turismo y de las empresas, será necesario diversificar la oferta turística de turismo de montaña y de naturaleza, para asegurar la sostenibilidad económica y ecológica del sector considerando la evolución del clima (potenciar la desestacionalización del turismo de montaña), implicar a todas las partes interesadas localmente. Por otro lado, las estaciones de esquí por ejemplo, tendrán que implementar medidas de adaptación verdes para potenciar el mantenimiento natural del manto nivoso (ej. potenciar el buen estado del manto de hierba en las pendientes, proteger la biodiversidad etc.). También será importante una gestión eficiente de los recursos hídricos, una producción energética autosuficiente y ofrecer rutas turísticas para explotar el potencial del ecoturismo responsable.

Esta entrevista se ha realizado en el marco del proyecto ADAPTUR